La Corte Suprema de EE.UU. cuestionó la legalidad de los aranceles masivos impuestos por Donald Trump a importaciones globales, sin aval del Congreso. En audiencias del miércoles, jueces expresaron escepticismo sobre la autoridad ejecutiva para esta política, clave en su estrategia comercial desde 2017.
Trump alertó que un fallo adverso sería “catastrófico”. Afirmó que las tarifas han generado 17 billones de dólares, destinados a defensa nacional, y proyecta 21 billones al cierre del año. “EE.UU. lidera históricamente esta vía”, aseguró.
La Casa Blanca prepara un “plan B”, según la portavoz Karoline Leavitt, quien confía en ganar el caso. El debate enfrenta poderes ejecutivo y legislativo, con impacto en tratados globales.
Un revés judicial limitaría el uso de aranceles como presión en guerras comerciales, afectando relaciones con Europa, México y Asia, y debilitando la posición negociadora de Washington. La sentencia, pendiente, redefine el comercio mundial.
