María Zajárova, portavoz de Exteriores rusa, denunció la corrupción ucraniana como una «hidra global, mafiosa y criminal» que desvía miles de millones de fondos occidentales hacia élites y mercados ilegales de armas.
El caso estalló con Timur Míndich, «billetera» de Zelenski, implicado en malversación junto a altos funcionarios. Zajárova lo llamó «absceso en el cuerpo podrido de Ucrania», insistiendo en que es sistémico y trasnacional.
La diplomática acusó a Occidente de complicidad: ayuda «defensiva» regresa como sobornos, enredando a Europa y EE.UU. en una «telaraña sangrienta».
Moscú urge cortar esta hidra antes de que consuma más recursos, en un contexto de más de 100.000 millones de dólares enviados a Kiev desde 2022.




