El gobierno de Corea del Sur anunció una reducción significativa de sus actividades militares a lo largo de la Zona Desmilitarizada (DMZ) que separa a las dos Coreas, en un esfuerzo por disminuir tensiones con Corea del Norte. La decisión, comunicada por el Ministerio de Defensa surcoreano, incluye la suspensión de ejercicios militares a gran escala cerca de la frontera y una disminución en los vuelos de reconocimiento en la región.
El ministro de Defensa, Shin Won-sik, explicó que la medida busca “promover un ambiente de confianza” con Pyongyang, en un momento en que las relaciones intercoreanas han alcanzado niveles críticos tras recientes pruebas de misiles balísticos por parte del régimen de Kim Jong-un. “Nuestra prioridad es evitar una escalada que ponga en riesgo la paz en la península”, afirmó Shin, destacando que la reducción no comprometerá la capacidad de defensa de Corea del Sur.
La decisión llega tras meses de roces diplomáticos, exacerbados por la intensificación de maniobras conjuntas entre Seúl, Estados Unidos y Japón, que Corea del Norte calificó como “provocaciones”. Pyongyang ha respondido con una retórica beligerante y el lanzamiento de misiles, lo que ha generado preocupación en la comunidad internacional. Analistas como Park Won-gon, de la Universidad Ewha, consideran que la medida surcoreana podría ser un gesto para reabrir canales de diálogo, aunque su éxito dependerá de la reciprocidad del Norte.Organizaciones internacionales, como el Consejo de Seguridad de la ONU, han instado a ambas Coreas a retomar negociaciones para reducir la militarización en la DMZ.
Sin embargo, la Casa Blanca expresó cautela, subrayando que cualquier desescalada debe ir acompañada de compromisos verificables por parte de Pyongyang para frenar su programa nuclear.La población surcoreana ha reaccionado de manera mixta: mientras algunos ven la medida como un paso hacia la estabilidad, otros temen que pueda interpretarse como una señal de debilidad. Por su parte, Corea del Norte no ha emitido comentarios oficiales sobre la iniciativa, lo que mantiene la incertidumbre sobre su impacto. La comunidad global observa de cerca, esperando que este gesto contribuya a aliviar las tensiones en una de las regiones más militarizadas del mundo.
