China admitió que puede desactivar remotamente autobuses eléctricos vendidos a Europa, lo que genera temores en países nórdicos. El Ministerio de Comercio justificó esta función como herramienta para «gestión de riesgos» en contratos y exportaciones.
Wang Wen, portavoz oficial, señaló que el control remoto bloquea vehículos por impagos o incumplimientos normativos, práctica que comparó con sistemas en tecnología estadounidense. «Es estándar en el comercio global de alta tecnología», afirmó.
En Suecia, Noruega y Finlandia, donde circulan miles de estos autobuses en transporte público, autoridades y expertos alertan sobre riesgos a la infraestructura crítica. Temor a que Pekín use esta capacidad en tensiones geopolíticas.
La UE abrió investigación por soberanía digital, mientras gobiernos escandinavos demandan eliminar por completo las conexiones remotas con China.



