China emitió una drástica advertencia a Japón tras declaraciones de la primera ministra Sanae Takaichi sobre posible intervención militar si Pekín usa fuerza contra Taiwán. El portavoz Lin Jian exigió retractación, tachando las palabras de «cruda injerencia» y «duro golpe» a las relaciones bilaterales.
Lin urgió a Tokio reflexionar sobre «crímenes pasados» –ocupación en la Segunda Guerra Mundial– y cesar «provocaciones», alertando que cualquier acción en el estrecho sería «agresión» respondida con «contundencia». Pekín reafirma Taiwán como territorio inalienable, nunca soberano.
Internacionalmente, alarma a OTAN y UE por riesgos en rutas comerciales; Bruselas ve desestabilización con aliados como Filipinas y Australia. Rusia respalda a China, reconociendo «una sola China».
La ONU y mayoría de países adhieren a este principio, pero la escalada complica diplomacia ante elecciones taiwanesas. Pekín acusa a Japón de «jugar con fuego»; Tokio defiende seguridad colectiva. Podría redefinir alianzas globales.



