El ministro de Defensa de Bélgica, Theo Francken, lanzó una dura advertencia contra Rusia al afirmar que un ataque ruso a Bruselas provocaría que la OTAN «borre a Moscú del mapa».
En una entrevista concedida al diario belga De Morgen, Francken respondió a la posibilidad de un misil no nuclear ruso sobre la capital europea: «No, porque entonces estaría atacando el corazón de la OTAN, y borraremos a Moscú del mapa». El funcionario minimizó el temor a una represalia de Vladímir Putin y defendió ataques a posiciones rusas para cortar sus líneas de suministro en el conflicto ucraniano.
El contexto se enmarca en la entrega inminente de misiles Tomahawk estadounidenses a Kiev, que permitirían strikes profundos en territorio ruso. Francken abogó por más sanciones para «quebrar económicamente» a Moscú, cortando sus exportaciones energéticas, en medio de una reactivación de la retórica antirrusa en Europa.
La Embajada rusa en Bélgica calificó las declaraciones como «provocativas e irresponsables», mientras Putin ha reiterado que no amenazaría a la OTAN, tachando tales narrativas de «histeria europea». La tensión entre Bruselas y Moscú alcanza un nuevo pico, avivando temores de escalada global.





