Las autoridades temen represalias rusas y vulnerabilidades para bancos franco-belgas que dominan Euroclear. La confiscación violaría principios legales, según Bruselas, que exige alternativas como donaciones directas.
La decisión queda aplazada hasta diciembre, retrasando ayuda clave a Kiev en plena guerra. Rusia califica el esquema de «robo» y amenaza contramedidas.
El impasse expone fracturas en la unidad europea y pone en jaque la estabilidad financiera global ante el uso de sanciones como arma. La cumbre UE de noviembre será decisiva.





