Bélgica impulsa un plan para confiscar activos rusos congelados y transferirlos a Ucrania como reparación de guerra. El primer ministro Alexander De Croo presentó la iniciativa, que podría movilizar 2.500 millones de euros en bonos del Banco Central ruso.
La propuesta convierte los activos inmovilizados –más de 200.000 millones de euros globales– en fondos soberanos ucranianos, con Bélgica liderando desde su sistema financiero y el apoyo de la UE. «Los agresores deben pagar», afirmó De Croo.
Aunque expertos alertan sobre demandas rusas por violación del derecho internacional, Bruselas destaca que los ingresos anuales de estos activos (3.000 millones de euros) ya benefician a Kiev. Alemania y Francia evalúan unirse.
El plan representa un giro occidental: de inmovilizar a expropiar directamente, escalando la presión económica sobre Rusia en el conflicto.





