Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón ha establecido una relación directa entre la apnea obstructiva del sueño no tratada y un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson. El análisis, basado en los registros médicos de más de 11 millones de veteranos estadounidenses mayores de 40 años, reveló que las personas con apnea del sueño tienen casi el doble de probabilidades de ser diagnosticadas con Parkinson en un plazo de cinco años.
La investigación destaca que la interrupción repetida de la respiración durante el sueño provoca privación de oxígeno, lo que genera inflamación cerebral, daño neuronal y acumulación de proteínas tóxicas, factores clave en el desarrollo de esta enfermedad neurodegenerativa.
Sin embargo, el estudio encontró que el uso temprano de la terapia de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP), iniciada dentro de los dos años posteriores al diagnóstico de apnea, reduce significativamente este riesgo, disminuyéndolo en aproximadamente un 30%.
Estos resultados subrayan la importancia de diagnosticar y tratar oportunamente la apnea del sueño, no solo para mejorar la calidad del descanso, sino también para prevenir posibles complicaciones neurológicas graves, como el desarrollo de la enfermedad de Parkinson, y destacan la necesidad de una mayor vigilancia clínica en este ámbito.





