Un análisis genético de sangre presuntamente de Adolf Hitler, extraída de un sofá en su búnker berlinés de 1945, revela trastornos hereditarios que podrían haber moldeado su comportamiento. El estudio, del documental británico Hitler’s DNA: Blueprint of a Dictator, comparó el ADN con bases globales y fue liderado por la genetista Turi King.
Los resultados confirman el síndrome de Kallmann, que causa retraso puberal y genital, respaldado por exámenes médicos de 1923 que detectaron un testículo no descendido. Esto eleva un 10% la probabilidad de micropene, posiblemente ligado a humillaciones en la Primera Guerra Mundial.
Puntuaciones poligénicas muestran riesgo alto de autismo, esquizofrenia y trastorno bipolar. Investigadores como Alex Tsompanidis (Cambridge) señalan que estos genes pudieron alterar su cognición, aunque no permiten diagnóstico retrospectivo. El historiador Alex J. Kay (Potsdam) vincula estas afecciones a su obsesión política y ascenso al poder.
Expertos advierten que el hallazgo invita a especular sobre factores biológicos en el nazismo, pero no justifica sus crímenes. El documental, en producción, profundizará en estas conexiones genético-históricas.




