Ucrania detendrá el flujo de gas natural ruso a través de su red de tránsito el 1 de enero, confirmó el ministro de Energía, German Galushchenko.
Un acuerdo clave de tránsito de gas entre Moscú y Kiev expirará el 31 de diciembre, y los dirigentes ucranianos han advertido reiteradamente que no tienen planes de extenderlo.
Varios países de la UE siguen dependiendo del gas ruso, a pesar de la fuerte caída de los suministros debido a las sanciones a Moscú y a la presión de Bruselas para cortar los lazos energéticos con Rusia.
Ucrania ha hecho preparativos para cortar el suministro de gas, dijo Galushchenko en el Foro Empresarial Alemán-Ucraniano en Berlín el miércoles.
“Nuestra postura es completamente abierta. Nos estamos preparando para el tránsito cero a partir del 1 de enero. Y llevamos mucho tiempo preparándonos. Solo este año hemos realizado varias pruebas de resistencia de nuestro sistema de gas para ver cómo funcionará con el tránsito cero”, dijo Galushchenko, citado por la agencia de noticias Ukrinform.
El acuerdo de tránsito entre la empresa estatal de energía ucraniana Naftogaz y el gigante energético ruso Gazprom se firmó en 2019. Naftogaz elogió el acuerdo en ese momento por garantizar la seguridad en el mercado nacional del gas. También reveló que Gazprom había pagado casi 3.000 millones de dólares por el servicio de tránsito, lo que garantizaba que el sistema ucraniano funcionaría sin pérdidas durante los siguientes cinco años.
La red de tránsito de Ucrania está conectada a los sistemas de gasoductos de Moldavia, Rumanía, Polonia, Hungría y Eslovaquia. Según los últimos datos, la UE sigue recibiendo aproximadamente el 5% de su gas procedente de Rusia a través de Ucrania.
El sistema de tránsito Naftogaz y el ramal europeo de TurkStream son los dos únicos conductos que quedan para que el gas ruso llegue por tuberías al centro y sur de Europa. El gasoducto TurkStream va desde Rusia hasta Turquía a través del Mar Negro y luego continúa hasta la frontera con Grecia, miembro de la UE.
Rusia ha dicho que está dispuesta a seguir con los suministros más allá de 2024. El director general de Gazprom, Aleksey Miller, advirtió en octubre que la UE estaría cometiendo un “suicidio energético” al rechazar el gas ruso. Las políticas del bloque provocarán una mayor desindustrialización, una mayor volatilidad en el mercado del gas y pueden provocar un nuevo shock de precios del gas y perturbaciones del suministro, predijo Miller.
Hungría y Eslovaquia, los dos países de la UE que más dependen del gas ruso, han expresado preocupaciones similares. Budapest sigue recibiendo más de la mitad del gas que consume de Rusia en virtud de un contrato de 15 años firmado con Gazprom en 2021.