El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, instó a los países de Medio Oriente a unirse a los Acuerdos de Abraham para consolidar la paz en la región, tras afirmar que el programa nuclear iraní fue “totalmente destruido” en un operativo militar estadounidense el 30 de junio. En un mensaje en Truth Social, Trump subrayó que la normalización de relaciones con Israel es clave para la estabilidad, generando reacciones mixtas en un contexto de alta tensión geopolítica.
Los Acuerdos de Abraham, iniciados en 2020 bajo el primer mandato de Trump, lograron que Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Marruecos y Sudán establecieran lazos diplomáticos con Israel. Ahora, el presidente busca incluir a más naciones, con conversaciones avanzadas con Arabia Saudita y Egipto, según Steve Witkoff, enviado especial de la Casa Blanca. Sin embargo, Riad condiciona su participación al reconocimiento de un Estado palestino con Jerusalén Este como capital, una demanda que Israel aún no acepta.
La declaración de Trump llega tras un ataque estadounidense contra tres instalaciones nucleares iraníes—Natanz, Fordow e Isfahán—, que, según Washington, frenó las ambiciones nucleares de Teherán. No obstante, el Organismo Internacional de Energía Atómica no ha confirmado la eliminación total del programa, y expertos advierten que Irán conserva conocimientos técnicos para retomarlo. Esta acción ha intensificado las críticas de la ONU, que pide diálogo para evitar una escalada. México, a través de su Cancillería, reiteró su llamado a la diplomacia, alineándose con su política pacifista.
La región enfrenta desafíos complejos. La guerra en Gaza, con más de 60,000 muertos según autoridades locales, complica los esfuerzos de normalización, mientras la opinión pública global se torna crítica hacia Israel. Arabia Saudita y otros países árabes exigen avances en la solución de dos Estados, un tema que Trump ha evadido priorizar.
Analistas como Hanna Notte, del Centro de Estudios Estratégicos, ven en la estrategia de Trump un intento de consolidar su legado como negociador, pero advierten que la exclusión de Palestina podría desestabilizar la región. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con cautela, temiendo que las tensiones comerciales y militares de Trump compliquen aún más un panorama ya frágil.