El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, defendió la solidez de la economía estadounidense, presentando estadísticas alternativas que, según él, reflejan un desempeño superior al reportado por las cifras oficiales. Durante una comparecencia en la Oficina Oval, acompañado del economista Stephen Moore, Trump mostró gráficos para respaldar su afirmación de que las estadísticas gubernamentales están sesgadas a favor de su predecesor, Joe Biden, tras el despido de la directora de la Oficina de Estadísticas Laborales.
El mandatario republicano destacó que la economía “está en auge”, contradiciendo reportes recientes que señalan una desaceleración. Según datos oficiales, la creación de empleo en 2025 ha caído un 44% respecto al mismo periodo de 2024, con solo 597 mil nuevos puestos en los primeros siete meses, y apenas 73 mil en julio. Además, las revisiones a la baja de mayo y junio restaron 258 mil empleos a las cifras iniciales. El Producto Interno Bruto (PIB) creció a una tasa anual de 1.3% en el primer semestre, frente al 2.8% del año previo, según un informe reciente.
Trump atribuyó las discrepancias a manipulaciones políticas y defendió sus políticas arancelarias, que han generado preocupación en los mercados. Goldman Sachs estima que la inflación de julio alcanzará el 3%, un aumento desde el 2.3% de abril, impulsada por aranceles que elevan los costos de bienes importados como electrodomésticos y muebles. Analistas advierten que estas medidas podrían agravar la inflación, afectando a los consumidores y reduciendo la confianza, que cayó un 11% en abril, según la Universidad de Michigan.
A pesar de las críticas, la Casa Blanca insiste en que los aranceles y la desregulación impulsarán un crecimiento similar al de su primer mandato. Sin embargo, economistas como James Knightley de ING señalan que el 67% de los encuestados percibe un mal manejo de la inflación y el desempleo. Mientras Trump promete una “época dorada”, los indicadores sugieren desafíos: el crecimiento del empleo se desacelera y la incertidumbre comercial persiste, afectando sectores clave como la manufactura, que perdió 37 mil empleos desde la implementación de aranceles.