El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que la próxima semana impondrá aranceles del 25% a las importaciones de acero y semiconductores, una medida que intensifica su política proteccionista y amenaza con tensionar el comercio global. Este anuncio, realizado durante un discurso en Ohio, busca fortalecer la industria estadounidense, pero podría impactar negativamente a países como México, que exporta el 84% de su acero al mercado estadounidense.
La nueva tarifa, que se suma al arancel del 50% al acero y aluminio vigente desde junio, responde a lo que Trump califica como “competencia desleal” de productores extranjeros. En 2024, Estados Unidos importó 13,383 millones de dólares en acero desde México, su tercer proveedor, según el Banco de México. Los chips, esenciales para industrias como la automotriz y la tecnológica, también enfrentarán restricciones, lo que podría encarecer los costos de producción en sectores clave. “Protegeremos a nuestros trabajadores y nuestra seguridad nacional”, afirmó Trump, citando la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial.
El secretario de Economía mexicano, Marcelo Ebrard, expresó su preocupación y anunció que México buscará negociar exenciones en una reunión con el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, el próximo viernes. “Estos aranceles afectan la integración económica del T-MEC y generan incertidumbre en las cadenas de suministro”, señaló Ebrard. La Cámara Nacional del Acero (Canacero) estima que la medida pone en riesgo 700,000 empleos en México, especialmente en estados como Nuevo León y Coahuila.
La Unión Europea y China también han criticado la decisión, advirtiendo sobre posibles represalias. El Fondo Monetario Internacional proyecta que estas políticas podrían reducir el crecimiento global al 3% en 2026, afectando el comercio internacional. En México, empresas como Grupo Alfa y Ternium anticipan un impacto en sus márgenes, mientras que la industria automotriz, que depende de chips importados, enfrenta el riesgo de alzas en los costos de producción.
Analistas advierten que los aranceles podrían elevar los precios al consumidor en Estados Unidos y México, además de complicar la recuperación económica postpandemia. Mientras Trump defiende su estrategia como un impulso a la manufactura local, el panorama para el comercio regional se torna incierto, con México y sus socios comerciales buscando contrarrestar los efectos de esta nueva barrera arancelaria.



