El Tribunal de Comercio Internacional de Estados Unidos asestó un duro golpe a la política comercial de Donald Trump al declarar ilegales sus aranceles “recíprocos” del 25% a México, Canadá y China, impuestos bajo el pretexto del tráfico de fentanilo y la migración.
La sentencia, emitida por tres jueces en Manhattan, argumenta que Trump excedió su autoridad al usar la Ley de Poderes Económicos de Emergencia, reservada para el Congreso.
México, principal socio comercial de EU, celebra la decisión como un respiro económico. La suspensión de los aranceles, que afectaban el 50% de sus exportaciones, fortalece el T-MEC, protegiendo sectores clave como el automotriz y el acero, que generan más de 500 mil millones de dólares anuales. Analistas como Gabriela Siller, de Banco Base, ven una oportunidad para aumentar el comercio bajo el tratado, consolidando a México como destino de inversión.
La Casa Blanca planea apelar, pero la medida alivia la presión sobre los consumidores estadounidenses y mexicanos, evitando alzas en precios de bienes como autos y alimentos. México apuesta por negociar para mantener este “trato preferente”