El enfriamiento de la economía mexicana en la segunda mitad del año ha llevado a analistas e instituciones financieras a ajustar a la baja sus proyecciones de crecimiento.
Entre los organismos internacionales, el Banco Mundial ha reducido su expectativa de crecimiento para 2024, pasando del 2.6% al 2.3% desde principios de año. Por su parte, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha recortado casi a la mitad su previsión, de 2.5% a 1.5%.
Entre las proyecciones actuales, la más pesimista anticipa un crecimiento de apenas 1.5% en comparación interanual. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en cambio, había proyectado un crecimiento del 3%, aunque los resultados preliminares del año hacen que esta meta parezca difícil de alcanzar.
Factores como la incertidumbre económica, la inseguridad pública, la gobernanza deficiente y la volatilidad en los mercados cambiarios son mencionados como posibles obstáculos para el crecimiento económico de México.