El oro superó los 4,200 dólares por onza, marcando un nuevo máximo con un alza del 1.8%, impulsado por tensiones comerciales entre EE.UU. y China y expectativas de recortes de tasas de la Fed. Su rendimiento anual supera el 60%, consolidándolo como refugio ante incertidumbre económica.
La plata subió 3%, alcanzando 53.55 dólares por onza, pero enfrenta volatilidad por escasez de liquidez en Londres, afectando industrias como la electrónica. Los costos de préstamo elevados reflejan presiones en el suministro de metales preciosos.
Bancos centrales y fondos cotizados (ETFs) impulsan la demanda, mientras que el recorte de tasas de 0.25% anunciado por la Fed favorece activos como el oro, abaratando el endeudamiento y estimulando la economía global.
En América Latina, países como México y Perú podrían beneficiarse, aunque la volatilidad comercial amenaza con inflación importada. Analistas advierten riesgos de corrección si las tensiones geopolíticas disminuyen.