El Gobierno impuso aranceles de 156% a 210% a las importaciones de azúcar, vigentes desde hoy, para frenar la sobreoferta y pérdidas de 14 mil millones de pesos en 2024-2025. Publicada en el DOF, la medida protege la cadena cañera, vital para empleo rural y el PIB agropecuario, ante precios internacionales a la baja.
La crisis amenaza miles de puestos y estabilidad regional. El arancel anterior era insuficiente, por lo que se optó por gravámenes específicos que reducirán importaciones, impulsando demanda interna y equilibrando comercio en un sector con crecimiento anual de solo 1.2%.
Económicamente, elevará precios locales del azúcar, preservando márgenes de productores, pero encarecerá insumos para industrias como la refresquera, con riesgo inflacionario en un entorno de bajo crecimiento.
Junto a esto, la reforma al IEPS subirá 87% el impuesto a bebidas azucaradas en 2026 (3.08 pesos/litro), promoviendo edulcorantes no calóricos. Empresas como Coca-Cola reducirán 30% el azúcar en productos, aunque alertan por impacto en hogares de bajos ingresos.



