El mercado petrolero global enfrenta una carrera contrarreloj para mitigar la escasez de diésel, un combustible clave para el transporte y la industria, en un contexto de tensiones geopolíticas y restricciones comerciales. Según Bloomberg, la oferta limitada y la creciente demanda han elevado los precios del diésel a niveles récord, con un impacto directo en las cadenas de suministro y los costos logísticos mundiales, afectando economías como la de México, dependiente del comercio transfronterizo.
La escasez, agravada por sanciones a Rusia tras el conflicto en Ucrania y aranceles impuestos por Estados Unidos, ha reducido la disponibilidad de gasóleo en mercados clave. En Europa, los inventarios de diésel cayeron a su nivel más bajo en una década, mientras que en Estados Unidos los precios han subido un 15% en 2025, según la Administración de Información Energética (EIA). Esto ha disparado los costos de transporte, encareciendo bienes esenciales como alimentos y manufacturas.
Refinerías en el Golfo de México, incluyendo las de Pemex, han aumentado la producción de diésel en un 8% este año, pero no logran satisfacer la demanda global. México, que exportó 120,000 barriles diarios de combustibles en 2024, enfrenta presiones para abastecer tanto su mercado interno como el estadounidense, principal destino de sus exportaciones petroleras. La refinería de Dos Bocas, aún en fase de optimización, podría aliviar la presión si alcanza su capacidad proyectada de 340,000 barriles diarios.
Sin embargo, los esfuerzos se ven complicados por la volatilidad en los precios del crudo, que rondan los 90 dólares por barril, y por interrupciones en el suministro de crudo venezolano y ruso. Arabia Saudita y otros miembros de la OPEP+ planean incrementar la producción en un millón de barriles diarios para 2026, pero analistas de Goldman Sachs advierten que el déficit de diésel persistirá al menos hasta 2027 si no se amplía la capacidad de refinación global.
En México, el alza en los costos del diésel amenaza con elevar la inflación, que en julio se situó en 4.8%, según el INEGI. Las industrias de autotransporte y manufactura, que representan el 30% del PIB nacional, enfrentan márgenes más estrechos. La Secretaría de Energía explora incentivos para nuevas refinerías, pero la solución a corto plazo depende de la cooperación internacional para estabilizar el mercado.