El costo de la canasta básica en México registró un incremento del 2.5% en el último mes, impulsado principalmente por el encarecimiento del gas LP y el jabón, según un informe de Profeco publicado en El Financiero. Esta subida, que afecta directamente al poder adquisitivo de los hogares de ingresos bajos y medios, eleva la canasta a un promedio de 1,200 pesos mensuales para una familia de cuatro integrantes, en un contexto de inflación general del 4.9% en julio, reportada por el Inegi.
El gas LP, esencial para la cocción de alimentos y el calentamiento en más del 70% de los hogares mexicanos, vio un alza del 8% en su precio promedio, alcanzando 24 pesos por kilogramo en la Ciudad de México y zonas centrales. Factores como la volatilidad en los mercados internacionales de energía y la depreciación del peso, que cotiza en 19.85 unidades por dólar, contribuyen a este aumento. El jabón, por su parte, subió un 5.2% debido a la escasez de materias primas importadas y presiones logísticas, impactando productos de higiene básica que forman parte de la canasta alimentaria y no alimentaria.
La canasta básica, que incluye 45 productos esenciales como tortillas, frijol, huevos, leche y artículos de aseo, ahora representa el 45% del ingreso familiar promedio en zonas urbanas, según datos del Coneval. Esta erosión del poder adquisitivo agrava la vulnerabilidad de 52 millones de mexicanos en pobreza, exacerbada por la reciente depreciación del peso y aranceles estadounidenses que encarecen importaciones. En regiones como el norte y centro del país, donde el nearshoring impulsa el empleo, el impacto se mitiga parcialmente, pero en el sur persisten presiones inflacionarias.
Analistas de Banxico advierten que, sin intervenciones gubernamentales como subsidios al gas LP o controles de precios, la inflación podría superar el 5% anual, afectando el consumo privado que creció solo 0.5% en el segundo trimestre. El gobierno de Claudia Sheinbaum ha anunciado revisiones a la política de precios máximos para combustibles, pero expertos urgen medidas estructurales, como diversificar importaciones y fortalecer la producción local de insumos.
El alza en la canasta básica no solo frena el crecimiento económico proyectado en 2.1% para 2025, sino que también resalta la necesidad de políticas para estabilizar precios y proteger a los consumidores. Mientras el PIB mostró un repunte del 0.8% en abril-junio, la sostenibilidad depende de controlar estos choques inflacionarios en bienes esenciales.