Las empresas chinas instaladas en México, atraídas por el nearshoring, enfrentan riesgos fiscales por errores aparentemente menores, según especialistas de Grant Thornton México. Omisiones como no presentar contratos en español o no actualizar el domicilio fiscal pueden derivar en multas, pérdida del registro de importador o incluso consecuencias penales para sus representantes legales.
Yolanda Valencia, socia líder de Soluciones de Procesos de Negocio, destacó que muchas compañías subestiman la importancia del representante legal y la firma electrónica, esenciales para operar en plataformas fiscales. El incumplimiento en la contabilidad electrónica, obligatoria en México, es otro error frecuente que puede generar auditorías del Servicio de Administración Tributaria (SAT).
La experta recomendó el dictamen fiscal como medida preventiva, ya que permite a las empresas ganar tiempo ante revisiones del SAT. Con una inversión china que superó los 2 mil millones de dólares anuales en los últimos tres años, según la Red Académica Latinoamericana, las firmas asiáticas deben adaptarse a las normativas locales para evitar sanciones.
Organizaciones como el Consejo Chino para el Fomento del Comercio Internacional (CCPIT) apoyan a estas empresas, pero urgen mayor capacitación para cumplir con las leyes mexicanas y aprovechar el potencial del mercado.