Estados Unidos presionará al G7 para imponer aranceles de hasta 100% a China e India por sus importaciones de petróleo ruso, con el fin de forzar a Vladímir Putin a cesar la guerra en Ucrania. La propuesta incluye incautar US$300,000 millones en activos rusos congelados, principalmente en Europa, para financiar préstamos a Kiev, según fuentes de la Casa Blanca en la cumbre bajo presidencia canadiense.
Económicamente, esta ofensiva secundaria alteraría flujos energéticos globales, elevando precios del crudo Brent en futuros y depreciando el euro a 1.1703 dólares. China e India, que absorben el grueso del crudo ruso post-sanciones, enfrentarían costos mayores, forzando diversificación y potencialmente impulsando inflación del 0.5-1% en economías emergentes, frenando el crecimiento global proyectado en 3.2% para 2026 por el FMI.
Los desafíos incluyen divisiones en la UE, con Hungría bloqueando endurecimientos energéticos, lo que complica la unidad del G7 y eleva riesgos de retaliaciones comerciales. Trump, en Fox & Friends, advirtió: «Mi paciencia con Putin se agota rápido, y podría golpear a Rusia duro con sanciones petroleras».
Hacia el futuro, el decomiso de activos podría erosionar confianza en reservas soberanas, generando turbulencia financiera. Para América Latina, dependiente de commodities, implicaría inestabilidad en precios energéticos, pero oportunidades en suministros alternos, demandando diplomacia para mitigar choques en cadenas globales.




