La economía de Estados Unidos se contrajo un 0.5% en el primer trimestre de 2025, según el Departamento de Comercio, marcando la primera caída desde 2022. El retroceso, se atribuye a un consumo débil, afectado por los aranceles del 25% impuestos por el presidente Donald Trump a importaciones de China, México y Canadá, que elevaron los precios de bienes como electrónicos y automóviles.
El gasto de los hogares disminuyó un 0.7%, mientras las exportaciones cayeron un 1.3% debido a represalias comerciales de socios clave. La inflación, que alcanzó el 3.2% anual, redujo el poder adquisitivo, según la Reserva Federal. Sectores como la construcción y la manufactura también reportaron bajas, con una contracción del 2.1% en la producción industrial.
Trump defendió los aranceles, asegurando que “protegen empleos estadounidenses”, pero analistas de JPMorgan advierten que una guerra comercial prolongada podría llevar a una recesión en 2026. La Casa Blanca anunció incentivos fiscales para empresas locales, aunque el impacto económico sigue generando incertidumbre. Organizaciones internacionales, como el FMI, pidieron diálogo para evitar mayores disrupciones en el comercio global, mientras los mercados registran volatilidad.