La economía estadounidense mostró un sólido repunte en el segundo trimestre de 2025, con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 3% anualizado, según datos preliminares del Departamento de Comercio. Este desempeño supera el 1.4% registrado en el primer trimestre y refleja una recuperación impulsada por un robusto gasto del consumidor y una mejora en la inversión empresarial.
El aumento del consumo, que representa cerca del 70% de la economía, fue liderado por la demanda de bienes duraderos y servicios, mientras que las empresas incrementaron sus inventarios y gastos en tecnología. Sin embargo, el sector inmobiliario sigue enfrentando presiones debido a las altas tasas de interés, que limitan la inversión residencial.
La inflación, aunque moderada, continúa siendo un desafío. Los datos sugieren que la Reserva Federal podría mantener una postura cautelosa, balanceando el crecimiento económico con el control de precios. Analistas destacan que este crecimiento del 3% refuerza la percepción de una economía resiliente, pero advierten sobre riesgos globales, como tensiones comerciales y fluctuaciones en los precios de la energía.
El mercado laboral, aunque sólido, muestra señales de enfriamiento, lo que podría influir en las decisiones de política monetaria en los próximos meses. Este panorama económico genera optimismo, pero con cautela ante posibles turbulencias externas.
