En un contexto de volatilidad en los mercados energéticos globales, Petróleos Mexicanos (Pemex) reportó una disminución del 6.5% en su producción de crudo durante julio de 2025, en comparación con el mismo mes del año anterior. Esta caída, que deja el promedio en un millón 633 mil barriles diarios, subraya los desafíos estructurales de la petrolera estatal y podría impactar negativamente en las finanzas públicas y el crecimiento económico del país, dependiente en gran medida de los ingresos petroleros.
Según las estadísticas oficiales divulgadas este lunes por Pemex, la producción individual de la empresa se situó en 1.633 millones de barriles diarios, por debajo de los 1.755 millones registrados en julio de 2024. Al incorporar la contribución de sus socios comerciales, el promedio asciende a 1.648 millones de barriles diarios, lo que representa una reducción del 6.9% respecto al millón 772 mil barriles del periodo comparable anterior. Estos datos reflejan una tendencia descendente que se acentúa en el acumulado del año: de enero a julio de 2025, la producción promedio de Pemex sin socios fue de 1.609 millones de barriles diarios, un 9.5% menos que los 1.779 millones de 2024
Incluyendo aliados, el total acumulado cae un 9.4%, hasta 1.627 millones de barriles diarios frente a 1.797 millones del ejercicio previo.Desde una perspectiva económica, esta contracción en la producción petrolera reviste gravedad particular para México, donde los hidrocarburos representan alrededor del 8% del PIB y más del 30% de los ingresos fiscales federales, según estimaciones del Banco de México. La dependencia de Pemex como principal exportador de crudo expone al país a fluctuaciones en los precios internacionales, que en julio se mantuvieron estables alrededor de los 80 dólares por barril, pero no compensan la menor oferta interna. Analistas del sector advierten que esta tendencia podría presionar el déficit fiscal, estimado en 3.5% del PIB para 2025, y elevar la vulnerabilidad ante shocks externos como la desaceleración en Estados Unidos, principal destino de las exportaciones mexicanas de petróleo.Las causas de esta caída no se detallan explícitamente en el informe, pero expertos atribuyen el declive a factores crónicos como el envejecimiento de los yacimientos en el Golfo de México, la falta de inversión en exploración y los altos niveles de deuda de Pemex, que superan los 100 mil millones de dólares.
Además, interrupciones por mantenimiento en plataformas y regulaciones ambientales más estrictas han contribuido a la merma. En este marco, el reciente anuncio gubernamental cobra relevancia: el 5 de agosto, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó la Estrategia Integral de Capitalización y Financiamiento de Pemex, sucesora del antiguo Plan de Negocios. Esta iniciativa busca inyectar capital fresco mediante alianzas público-privadas y eficiencia operativa, con miras a estabilizar la producción en 1.8 millones de barriles diarios para 2030 y diversificar hacia energías renovables.La estrategia incluye medidas como la refinación doméstica para reducir importaciones de combustibles, que consumen cerca del 40% de los ingresos de Pemex, y el fortalecimiento de la cadena de suministro. Sin embargo, su éxito dependerá de la atracción de inversión extranjera, en un entorno de incertidumbre geopolítica y transición energética global. Economistas como los del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) destacan que, sin reformas profundas, la caída en la producción podría restar hasta 0.5 puntos porcentuales al crecimiento del PIB en 2025, proyectado en 2.5% por la Secretaría de Hacienda.
Pemex, como pilar del sector energético, enfrenta el reto de equilibrar su rol soberano con la sostenibilidad financiera. Mientras el gobierno enfatiza la autosuficiencia energética, la comunidad empresarial urge mayor transparencia en los indicadores de productividad. Esta noticia llega en un momento clave para los mercados, donde el peso mexicano ya muestra signos de debilidad frente al dólar, cotizando en torno a los 18.50 unidades. Monitorear la evolución mensual será esencial para evaluar si la nueva estrategia logra revertir la tendencia y apuntalar la recuperación económica post-pandemia.