El sector agropecuario mexicano enfrenta un panorama complicado tras registrar una contracción del 1.3% en su aportación al Producto Interno Bruto (PIB) durante el segundo trimestre de 2025, según datos preliminares del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Este retroceso contrasta con el crecimiento del 7.8% reportado en el primer trimestre, evidenciando una desaceleración significativa.
Expertos atribuyen esta caída a un nuevo contexto económico adverso, marcado por problemas en el sector ganadero, como la presencia del gusano barrenador, que ha generado restricciones a las exportaciones. Además, la modernización económica ha desplazado el peso hacia los sectores industrial y de servicios, reduciendo la relevancia relativa del campo, aunque sigue siendo crucial para el empleo rural y la seguridad alimentaria.
A pesar de este tropiezo, la economía mexicana creció un 0.7% trimestral, impulsada por avances en la industria (0.8%) y los servicios (0.7%). Sin embargo, analistas advierten que la debilidad del sector primario podría agravarse si persisten las restricciones presupuestales a la Secretaría de Desarrollo Rural y los desafíos externos, como los aranceles de Estados Unidos. El gobierno de Claudia Sheinbaum confía en que el Plan México estabilizará el crecimiento en los próximos años.