Brasil, principal exportador mundial de carne bovina, inicia un ciclo de restricción en la oferta tras dos años de producción abundante, lo que podría impulsar al alza los precios internacionales y complicar esfuerzos por abaratar este alimento en mercados como Estados Unidos.Los ganaderos brasileños retienen hembras para reconstruir rebaños, impulsados por el alza en precios de terneros, reduciendo el envío de animales al sacrificio.
Analistas marcan esto como el fin de la fase de exceso de suministro, entrando en una de escasez que podría prolongarse varios años.Según proyecciones de Rabobank, la producción caerá entre 5% y 6% en 2026, mientras Datagro estima una baja del 5.3% en el sacrificio de ganado. Pese a ello, las exportaciones mantendrían récord con 4.4 millones de toneladas, aunque a precios más elevados.
Expertos como César de Castro Alves, de Itau BBA, advierten: “Estamos saliendo de la fase de exceso, y la de escasez ni siquiera ha comenzado”. Esto genera un mercado firme por fuerte demanda global de proteínas, afectando a consumidores en un contexto de inflación alimentaria persistente.




