BBVA se unió a otras instituciones y organismos, tanto locales como internacionales, al reducir sus pronósticos de crecimiento para la economía mexicana este año. El área de estudios económicos del banco ha ajustado su proyección de 2.5% a 1.2%. Esta revisión se debe, en gran medida, a la persistente debilidad de la demanda interna, que se espera que continúe.
Para 2025, BBVA México también ha disminuido su expectativa, de 2.4% a 1.0%. Sin embargo, advirtió que este crecimiento podría ser aún menor si no se aborda la incertidumbre generada por la reforma judicial. “Se mantendrá en 1%, siempre y cuando se logre mitigar la incertidumbre que ha provocado la reforma judicial. De lo contrario, creemos que el crecimiento podría ser inferior”, explicó Carlos Serrano, economista jefe de BBVA México.
En la presentación del Informe Situación México, el especialista destacó la notable desaceleración de la economía del país. “En los tres primeros trimestres del año pasado teníamos tasas de crecimiento muy sólidas, pero en el cuarto trimestre hubo un cambio negativo. Por lo tanto, es evidente que la economía se está desacelerando en comparación con el año anterior”, comentó.
El informe señala que la desaceleración económica se debe tanto a la debilidad de la demanda interna como a la externa. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la economía creció 1.4% interanual en el primer semestre de 2024, lo que representa una disminución de 2.2 puntos porcentuales en comparación con el mismo periodo de 2023.
“Prevemos que la inactividad económica se extenderá en los próximos meses, en un entorno de mayor incertidumbre para la inversión y un lento crecimiento de la demanda externa”, puntualizó. Además, el documento destacó que el consumo ha mostrado su mayor caída desde el inicio de la pandemia, con una disminución del 0.4% en el segundo trimestre de 2024, debido a la pérdida de dinamismo en la masa salarial real y a una menor creación de empleo en el sector industrial.
También se mencionó que la inversión ha moderado su crecimiento, afectada por la caída del gasto público, después de haber registrado aumentos superiores al 4% entre el cuarto trimestre de 2022 y el tercero de 2023. “Estimamos que la desaceleración de la inversión fija bruta se acentuará en los próximos trimestres, en un contexto de creciente incertidumbre derivada de los recientes cambios en el poder judicial”, indicó.
Asimismo, resaltó la desaceleración en el crecimiento del empleo formal, anticipando un menor ritmo de expansión en el futuro. En relación con el sector exportador, el banco prevé que el bajo crecimiento de la manufactura, que ha sido evidente desde mediados de 2023, continuará en el resto del año, debido al lento crecimiento de la demanda de bienes duraderos en Estados Unidos. “La recuperación gradual de este sector se materializará hasta 2025, a medida que continúe el ciclo de descenso de las tasas de interés en ese país”.
En consecuencia, BBVA ha revisado a la baja su estimación de crecimiento para 2024 a 1.2%, y la falta de dinamismo en el consumo y la inversión, así como la consolidación fiscal propuesta para el próximo año, impactarán el ritmo de actividad económica en 2025, con un crecimiento del PIB proyectado en 1%.
BBVA no es la única entidad que ha ajustado a la baja su expectativa de crecimiento del PIB para México en 2024. Recientemente, los especialistas del sector privado consultados por el Banco de México (Banxico) anticiparon un crecimiento del PIB de 1.45%, en comparación con un pronóstico anterior de 1.57%. En septiembre, Banxico también recortó su expectativa de crecimiento a 1.5%.
La Encuesta Citibanamex de Expectativas publicada la semana pasada arrojó que el consenso entre las instituciones financieras consultadas prevé un crecimiento de 1.5% para 2024, y de 1.3% para 2025, ajustándose desde 1.4% en la proyección anterior.
Además, organismos internacionales han reducido sus expectativas de crecimiento del PIB mexicano. La semana pasada, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) bajó su pronóstico de 2.2% en mayo a 1.4%. La caída del consumo, que muestra su mayor descenso desde el inicio de la pandemia (0.4% en el segundo trimestre de 2024), se debe a la pérdida de dinamismo en la masa salarial real y a una menor creación de empleo en el sector industrial.