Si el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, impusiera un arancel del 10 % a las exportaciones mexicanas, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México se reduciría entre 0.8 y 1.0 %, según explicó José Manuel Salazar Xirinachs, secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
De acuerdo con la Cepal, México sería el país más vulnerable de América Latina y el Caribe debido a la alta concentración de sus exportaciones hacia Estados Unidos y su profunda integración en las cadenas de suministro y estructuras productivas.
«Se estima que, si el presidente Trump aplicara un arancel del 10 % (no del 25 % como se había propuesto inicialmente), las exportaciones y la inversión de México se verían afectadas, lo que provocaría una disminución del crecimiento del PIB en entre 0.8 y 1.0 punto porcentual en comparación con un escenario sin esos aranceles. Obviamente, si el arancel fuera mayor, el impacto también sería mayor», comentó durante una conferencia.
La Cepal revisó a la baja sus previsiones de crecimiento para México en 2024 y 2025, ubicándolas en 1.4 % y 1.2 %, respectivamente, lo que representa una disminución de 0.5 y 0.2 puntos porcentuales respecto a las estimaciones de agosto. Esto coloca a México como la economía con el peor desempeño de la región, solo superado por Cuba y Haití, cuyas economías se contraerán.
Según el «Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2024», se espera una desaceleración económica en la segunda mitad de 2024, debido a un debilitamiento tanto del consumo como de la inversión fija bruta.
En sus proyecciones, la Cepal considera la incertidumbre generada por las políticas comerciales y migratorias que el próximo presidente de Estados Unidos ha anticipado.
«Los escenarios son múltiples y complejos; dependerá de qué políticas se adopten y en qué secuencia, así como si se llevarán a cabo negociaciones previas o si serán solo anuncios sin una negociación profunda», explicó el secretario ejecutivo de la Cepal.
Salazar Xirinachs también indicó que los países vulnerables a políticas comerciales proteccionistas y arancelarias son, a su vez, fuentes importantes de consumo interno. Además, la reducción de migrantes debido a las deportaciones afectaría negativamente las remesas.
«Los efectos inflacionarios podrían ser tanto el resultado de los aranceles como de un posible aumento de salarios debido a la reducción de la fuerza laboral por las deportaciones, ya que el 3.3 % de la población total en Estados Unidos está compuesta por migrantes», explicó.
Si la inflación aumentara, la Reserva Federal de EE. UU. podría verse obligada a frenar o ralentizar el proceso de reducción de tasas de interés iniciado en septiembre, lo que afectaría a los mercados financieros globales y reduciría el espacio de maniobra de los bancos centrales para continuar relajando las políticas monetarias.
«Existen numerosas conexiones entre la política comercial, las migraciones y algunos aspectos macroeconómicos, como las tasas de interés, lo que podría generar una disminución del espacio fiscal en América Latina si las tasas de política monetaria no continúan bajando como en los últimos tiempos», concluyó Salazar Xirinachs.