El nuevo arancel del 20.8% impuesto por Estados Unidos al tomate mexicano, efectivo desde mayo, representa un “golpe letal” para los productores de San Quintín, Baja California, según el Centro de Estudios Económicos de Baja California (CEEBC). Este gravamen, derivado de la revisión del Acuerdo de Suspensión del Tomate, encarece las exportaciones y pone en riesgo la competitividad del sector.
En 2024, San Quintín exportó 1.2 millones de toneladas de tomate a EE.UU., generando ingresos por 2,300 millones de dólares. Sin embargo, el CEEBC estima que el arancel podría reducir las exportaciones en un 30%, equivalente a pérdidas de 700 millones de dólares anuales. Los costos adicionales, sumados a la apreciación del peso, han mermado la rentabilidad de los productores, quienes enfrentan márgenes de ganancia de apenas 5%.
El sector emplea a 50,000 trabajadores en la región, y la caída en las exportaciones podría eliminar hasta 15,000 empleos directos. La Secretaría de Economía negocia con Washington una posible revisión del arancel, pero las perspectivas son inciertas. Mientras, los productores piden apoyos fiscales y subsidios para mitigar el impacto. Analistas advierten que, sin medidas urgentes, el sector agrícola de San Quintín enfrentará una crisis económica sin precedentes.