En un movimiento que busca proteger la industria nacional, el gobierno mexicano ha endurecido las reglas de importación de calzado, lo que podría traducirse en un incremento de hasta el 15% en los precios de productos emblemáticos como los tenis Nike o los tacones Steve Madden.
Esta medida, publicada ayer en el Diario Oficial de la Federación, no introduce nuevos aranceles directos, pero elimina la posibilidad de ingresar calzado terminado bajo el programa IMMEX (Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación), alterando el equilibrio del mercado y afectando el poder adquisitivo de los consumidores.El decreto prohíbe explícitamente la importación temporal de zapatos ya listos para la venta, un esquema que anteriormente permitía a las empresas evadir aranceles e IVA temporalmente, con la obligación de reexportar los productos.
Sin embargo, según datos del sector, gran parte de estos bienes terminaba en el mercado interno, distorsionando la competencia. «Esto representa un acto de justicia para los productores mexicanos, que han sufrido una competencia desleal por años», declaró un representante de la Cámara Nacional de la Industria del Calzado (CANAICAL), quien destacó el abuso del programa IMMEX, diseñado originalmente para materias primas y productos semielaborados destinados a la transformación y exportación.Las cifras revelan la magnitud del problema.
En 2024, las importaciones de calzado bajo IMMEX se dispararon un 159% en volumen y un 60% en valor respecto a 2023, pasando de 3.79 millones de pares en 2022 a más de 40 millones el año pasado. Esta avalancha de productos importados ha erosionado el sector: el Producto Interno Bruto (PIB) del ramo cayó un 12.8%, la producción retrocedió un 12.5% y se perdieron alrededor de 11 mil empleos.
La Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Guanajuato (CICEG), principal polo productivo del país, ha denunciado que estas prácticas no solo desplazan la manufactura local, sino que también generan evasión fiscal al eludir impuestos sobre ventas internas.Desde la perspectiva económica, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) advierte sobre el impacto inmediato en los bolsillos de los mexicanos. «El encarecimiento del calzado importado afectará directamente a los consumidores, especialmente en un contexto de inflación persistente y recuperación postpandemia».
Marcas internacionales como Nike, con su línea de tenis deportivos, y Steve Madden, conocida por sus diseños de tacones y botas, dependen en gran medida de estas importaciones asiáticas y europeas. Expertos estiman que el ajuste en los costos logísticos y fiscales podría filtrarse rápidamente a los precios minoristas, elevando el costo promedio de un par de tenis Nike de 2,000 pesos a más de 2,300, y similarmente para accesorios de moda.Esta política se enmarca en una estrategia más amplia de fomento a la industria nacional, alineada con el nearshoring y la relocalización de cadenas de suministro. No obstante, genera tensiones en el comercio exterior: México, como miembro del T-MEC, debe equilibrar la protección interna con compromisos internacionales.
La CANAICAL celebra la medida como un «punto de inflexión» para revitalizar un sector que genera más de 200 mil empleos directos y contribuye con el 0.5% al PIB manufacturero. Sin embargo, el CCE insta a monitorear efectos secundarios, como posibles represalias comerciales o alzas en otros bienes de consumo.
Mientras la industria local respira alivio, los consumidores enfrentan un panorama de precios más altos en un mercado dominado por la moda global. Analistas prevén que, si no se implementan subsidios o incentivos, esta dinámica podría ralentizar el crecimiento del retail en un 2-3% en el último trimestre de 2025. El gobierno ha prometido revisiones periódicas al decreto para mitigar impactos, pero por ahora, el zapato aprieta en el sector económico.