Adidas y Puma intensifican su enfoque en zapatillas de running para recuperar terreno perdido frente a marcas emergentes como On y Hoka, antes de que los aranceles de EE.UU. impacten sus operaciones, según Bloomberg Línea. Ambas empresas alemanas, que producen más del 60% de sus productos en Asia, enfrentan incertidumbre por los gravámenes impuestos por Donald Trump, que incluyen un 46% a Vietnam y un 34% a China.
Adidas, bajo el liderazgo de Bjorn Gulden, reportó un crecimiento del 15% en Norteamérica en el cuarto trimestre de 2024, impulsado por modelos retro como la Samba, pero ahora busca fortalecer su segmento de running con la Adizero. Puma, tras un decepcionante 2024 con un margen Ebit de 7.1%, planea recortes de costos y apuesta por modelos como la Palermo para recuperar competitividad.
La industria enfrenta retos: los aranceles podrían elevar los precios hasta un 20%, afectando a consumidores y márgenes. México y Brasil emergen como posibles alternativas de producción, aunque reubicar cadenas de suministro tomará años. Ambas marcas buscan innovar en tecnología y marketing digital para mantener su cuota de mercado ante la presión arancelaria y la competencia global.