El gobierno de Donald Trump ha ordenado la destitución de casi 30 embajadores y altos funcionarios diplomáticos de carrera, nombrados en su mayoría durante la administración Biden, como parte de una purga para alinear la diplomacia estadounidense con la agenda “America First”.
Los afectados recibieron notificaciones la semana pasada y deberán abandonar sus puestos en enero de 2026. Aunque conservan su estatus en el Servicio Exterior, regresarán a Washington para posibles reasignaciones. África es la región más golpeada, con 13 embajadas involucradas, seguida de Asia y Europa.
El Departamento de Estado justificó la medida como un “proceso estándar” en transiciones presidenciales, argumentando que los embajadores deben representar fielmente la visión del mandatario. Sin embargo, la purga de diplomáticos de carrera es inusual y ha generado críticas por reflejar desconfianza hacia el cuerpo diplomático.
La decisión ha despertado preocupación entre legisladores y el sindicato de diplomáticos, quienes temen que debilite la representación estadounidense en el exterior.




