Israel ha mostrado alarma ante la reanudación de negociaciones entre Estados Unidos y Catar para la adquisición de cazas furtivos F-35 por Doha, solicitud rechazada hace cinco años pero ahora en fase avanzada.
El contexto incluye acuerdos similares con Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Turquía. Jerusalén teme que esta proliferación de aviones de quinta generación debilite su ventaja militar cualitativa y superioridad aérea en la región.
En respuesta, el Ministerio de Defensa israelí negocia un paquete compensatorio: dos escuadrones extra —uno de F-35 y otro de F-15 adaptados— más municiones avanzadas, ante el riesgo de saturación en la producción de Lockheed Martin.
El tema se complica por el rol mediador de Catar con Hamás, pese a tensiones recientes como un ataque israelí en Doha. Israel exige preservar su superioridad tecnológica, respaldada en acuerdos históricos con Washington.




