El Tren Maya registró pérdidas netas por 2 mil 681 millones de pesos en los primeros nueve meses de 2025, según su reporte financiero. Pese a transportar casi los mismos pasajeros que en todo 2024, los ingresos operativos apenas alcanzaron 387 millones de pesos, insuficientes frente a los altos costos fijos.
La operación depende fuertemente de recursos públicos: 2 mil 168 millones de un fideicomiso y 1 mil 176 millones en subsidios federales. La venta de souvenirs generó solo 689 pesos, reflejando nula diversificación comercial. La paraestatal aclaró que no hay utilidad real, sino solo “efecto contable” del gasto presupuestal asignado.
Los principales obstáculos son la baja afluencia turística al sureste y la falta de estrategias para captar más viajeros nacionales e internacionales. Aunque el gobierno espera rentabilidad con la futura división de carga en julio de 2026, analistas advierten que sin marketing agresivo y alianzas privadas, el proyecto seguirá requiriendo subsidios millonarios, prolongando su dependencia del erario.




