En octubre de 2025, los montos que reciben los productores de alimentos registraron un desplome del 23 % en comparación con el mismo mes del año anterior, según datos del mercado. En contraste, la inflación agroalimentaria alcanzó un 3.57 %, lo que evidencia un desalineamiento entre los ingresos del campo y los precios al consumidor.
Este deterioro en los pagos afecta especialmente a pequeños agricultores, quienes reportan que su producción ya tiene comprador antes incluso de sembrar: intermediarios o “coyotes” aprovechan su vulnerabilidad para ofrecer precios por debajo de mercado.
El Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) advierte que, mientras los productores reciben muy poco, los intermediarios desde centrales de abasto hasta grandes cadenas de supermercados obtienen márgenes extraordinarios. Por ejemplo, la brecha entre lo que se paga por la papa blanca al productor y lo que paga el consumidor final es de más de 1,310 %; en otros alimentos, va del 34.2 % hasta casi 700 %.
Frente a esta situación, agricultores han iniciado protestas, bloqueos y demandas para conseguir un precio de garantía justo, el acceso a una banca de desarrollo para el campo y participación en reformas como la Ley de Aguas, afirma el GCMA. Además, se señalan fallas estructurales graves en la transparencia de la cadena comercial agrícola.
