El SJ-100, avión de pasajeros 100% ruso, superó exitosamente una prueba en pista inundada, simulando lluvia extrema. Realizada por OAK (Rostec) cerca de Moscú, validó componentes nacionales ante sanciones.
La «piscina» de 70×12 m cumplió estándares rusos y europeos. El prototipo, con motores PD-8 de ODK, aceleró y frenó sin ingesta de agua. Sensores y cámaras confirmaron seguridad.
«Pruebas clave para vuelos en cualquier clima», dijo Fiódor Mirónov (ODK). El piloto Vadim Shirókiy afirmó: «El agua no afecta el funcionamiento». Sigue al primer vuelo en septiembre.
Este avance refuerza la autosuficiencia rusa y abre puertas a exportaciones, desafiando restricciones occidentales.



