La Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2024, publicada por INEGI y CNBV, indica que solo el 8.2% de la población mayor de 18 años ahorra en instrumentos formales como Afore, cuentas bancarias o fondos de inversión. Esta cifra representa un retroceso de 1.2 puntos porcentuales respecto a 2021, en un contexto de inflación acumulada del 22% y salarios mínimos con alzas reales del 18%.
El 91.8% restante recurre a mecanismos informales: tandas (32%), debajo del colchón (28%) o préstamos familiares (19%). La brecha de género persiste: 9.1% de hombres vs. 7.3% de mujeres. En zonas rurales, el ahorro formal cae a 4.5%, limitado por acceso a sucursales (solo 1 por cada 10,000 habitantes) y desconfianza institucional.
Expertos atribuyen el estancamiento a comisiones bancarias promedio del 1.8% anual y rendimientos reales negativos en CETES (-0.4% ajustado por inflación). La CNBV estima que canalizar el 40% del ahorro informal (equivalente a 1.2 billones de pesos) al sistema financiero elevaría el crédito al PIB en 8 puntos porcentuales.




