La Cámara de Diputados aprobó un ajuste al IEPS para bebidas azucaradas en 2026, favoreciendo a refrescos light, zero y sin azúcar con una tasa de 1.5 pesos por litro. Esta medida busca equilibrar salud pública y viabilidad económica, incentivando reformulaciones para reducir azúcares.
El alza al IEPS desincentiva el consumo de refrescos tradicionales, mientras los light enfrentan un impuesto menor. México, con 160 litros de consumo per cápita anual, impulsa así productos con edulcorantes no calóricos.
La industria, liderada por Coca-Cola y FEMSA, se compromete a bajar un 30% las calorías en sus bebidas, cubriendo el 70% de la producción. Esto fomenta innovación en presentaciones y porciones reducidas.
Económicamente, los refrescos tradicionales podrían subir hasta 15%, afectando un mercado de 150 mil millones de pesos. Los light, 20% del sector, ganarían terreno, impulsando empleo y reformulación, aunque se espera una caída del 5% en consumo azucarado.