China impuso controles a la exportación de tecnologías de tierras raras, esenciales para la industria tecnológica global. La medida, que busca proteger la seguridad nacional, podría elevar costos en cadenas de suministro y agravar la guerra comercial con EE.UU.
Las restricciones exigen licencias para tecnologías de extracción y ensamblaje, afectando un mercado de 20 mil millones de dólares donde China domina el 80%. Esto responde a transferencias irregulares hacia usos militares extranjeros.
Las tierras raras son vitales para baterías, semiconductores y energías renovables, que representan 10% del PIB manufacturero en EE.UU. y Europa. Goldman Sachs prevé alzas de precios del 15-20%, presionando la inflación global (3.5%) y frenando la transición energética.
Con amenazas arancelarias de Trump, el comercio bilateral de 600 mil millones de dólares se tensa. Economistas instan a diversificar suministros para estabilizar economías emergentes dependientes de China.