El precio del oro alcanzó un máximo histórico de 2,708 dólares por onza, impulsado por la incertidumbre geopolítica y expectativas de recortes de tasas de la Reserva Federal, según Goldman Sachs. La firma proyecta que el metal podría escalar a 4,300 dólares en 2026, consolidándolo como refugio ante la volatilidad económica global.
México, cuarto productor mundial de oro, se beneficia de esta tendencia, con exportaciones que representan el 3% de su PIB.El alza responde a tensiones en Ucrania y Oriente Medio, así como a una demanda creciente en mercados emergentes. En México, empresas como Fresnillo y Peñoles han visto un aumento del 10% en ingresos por exportaciones auríferas, fortaleciendo la balanza comercial en un contexto de nearshoring.
Sin embargo, los costos de producción, que han subido un 8% por la inflación, y la incertidumbre del TMEC podrían limitar ganancias. Además, la apreciación del peso (19.45 por dólar) encarece las exportaciones.El boom del oro impulsa la economía mexicana, pero requiere políticas para mitigar riesgos externos y aprovechar el auge minero, atrayendo inversión y estabilizando las finanzas públicas.