El presidente Donald Trump advirtió que el gobierno de Estados Unidos «probablemente» enfrentará un cierre administrativo a partir de medianoche, tras el fracaso en las negociaciones presupuestarias entre republicanos y demócratas. Esta crisis fiscal, que paralizaría operaciones no esenciales y afectaría a 2.1 millones de empleados federales, amenaza con desestabilizar la economía global, en un contexto donde el PIB estadounidense representa el 25% del mundial y México depende en 80% de sus exportaciones al vecino del norte.
El impasse se centra en desacuerdos sobre financiamiento para programas sociales y defensa, con Trump culpando a los demócratas de obstruccionismo: «Nada es inevitable, pero diría que es probable». Un cierre previo en 2018-2019 costó 11 mil millones de dólares en pérdidas productivas, según el Congreso de EE.UU., y podría extenderse semanas, elevando la incertidumbre en mercados bursátiles y presionando el tipo de cambio global.
Para México, las repercusiones serían inmediatas: interrupciones en aduanas podrían frenar exportaciones manufactureras por 150 mil millones de dólares anuales, mientras remesas que suman 60 mil millones al año enfrentarían demoras en trámites migratorios.
Analistas de Banxico proyectan una depreciación del peso a 20.50 por dólar y una caída del 0.5% en el PIB mexicano para 2026, exacerbando la inflación al 4.5%.Económicamente, este escenario subraya la vulnerabilidad de la integración comercial bajo el T-MEC, con riesgos para el nearshoring que atrajo 35 mil millones de dólares en IED. Expertos urgen a diversificar mercados para mitigar el impacto, en un año donde el crecimiento global se estanca en 3%. Trump insiste en su postura, priorizando recortes fiscales, pero la crisis podría forzar concesiones bipartidistas.