Pemex, con una deuda de 106 mil millones de dólares, se convierte en una carga fiscal para México, según S&P Global Ratings. Sus vencimientos anuales de 6 mil millones y dependencia de subsidios, que cubren 40% de sus ingresos, limitan su sostenibilidad en un sector clave para el 15% del PIB.
En 2024, recibió 15 mil millones en apoyos, pero su producción estancada en 1.8 millones de barriles diarios y los sobrecostos de Dos Bocas, de 18 mil millones, agravan la presión fiscal en un déficit del 5% del PIB.Alianzas como el contrato de 1,991 millones con Grupo Carso para Ixachi buscan aliviar la carga, pero Moody’s advierte que sin reformas, los costos crecerán. La depreciación del peso a 19.50 por dólar encarece la deuda externa.
Pemex planea emitir bonos por 4 mil millones en 2026, pero su baja calificación crediticia complica el financiamiento. Esto tensiona la economía, con un crecimiento proyectado de 2.2%, y desafía la autosuficiencia energética frente a la transición global.