El presidente de Francia, Emmanuel Macron, considera que los países miembros de la OTAN deben «intensificar» su respuesta ante supuestas infracciones de su espacio aéreo, si bien pide que se abstengan de atacar aviones rusos, en contra de la opinión de su homólogo estadounidense, Donald Trump.
«Si alguien vuelve a provocarles, deben reaccionar con un poco más de contundencia», explicó Macron en una entrevista a France 24 y RFI, recogen medios locales. «No vamos a abrir fuego», añadió el mandatario francés en relación a este tipo de «pruebas».
En este contexto, el jefe de Estado francés subrayó que la Alianza Atlántica ha tenido hasta ahora una reacción colectiva «proporcionada» ante varios incidentes con drones que Occidente vincula a Rusia, mientras que desde Moscú denuncian «histeria» y «acusaciones infundadas».
Esta semana, Trump se mostró de acuerdo con la idea de que los países de la OTAN derriben aviones rusos si entran en su espacio aéreo. Respondiendo a la pregunta de si Estados Unidos ayudaría a derribar aviones rusos, Trump señaló: «Depende de las circunstancias».
A principios de esta semana, el ministro de Relaciones Exteriores de Polonia, Radoslaw Sikorski, amenazó a Moscú con derribar cualquier avión o misil ruso que cruce su espacio aéreo. «Están advertidos», dijo Sikorski. «Si otro misil o aeronave entra en nuestro espacio aéreo sin permiso, ya sea deliberadamente o por error, y es derribado y sus restos caen en territorio de la OTAN, por favor, no vengan aquí a quejarse», agregó.
Estas palabras causaron una reacción «negativa» en el Kremlin, según confirmó el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov. «Saben que asumimos una postura muy responsable. Conocen las declaraciones de nuestro Ejército de que nuestras aeronaves se rigen por las normas internacionales y no las infringen en absoluto al realizar todos los vuelos», expresó Peskov.
«Histeria» de Occidente
El anuncio de Sikorski tuvo lugar después de que el 10 de septiembre Polonia acusara a Rusia de estar detrás de la incursión de al menos 19 drones, algo que Moscú descartó, calificando el episodio de «histeria» destinada a crear la imagen de una «amenaza rusa» inexistente.
El representante permanente adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitri Polianski, denunció que los países occidentales, como de costumbre, «etiquetan a Rusia, presentándola como un enemigo, sin molestarse en aportar hechos ni pruebas». «Y cuando las acusaciones resultan falsas, a nadie se le ocurre siquiera disculparse por difundir mentiras tan obvias», criticó.
«Esta paranoia está alcanzando cotas sin precedentes. […] No se ha presentado ni una sola prueba confirmada que demuestre que estos drones fueran de origen ruso», manifestó Polianski.
El pasado viernes, el primer ministro de Estonia, Kristen Michal, también denunció que tres cazas rusos MiG-31 sobrevolaron el territorio de su país. En respuesta, Rusia insistió en que «las aeronaves no se desviaron de la ruta acordada» y que «su trayectoria pasó sobre aguas neutrales del mar Báltico», a más de tres kilómetros de la isla de Vaindloo, perteneciente a Estonia.