México descartó un tratado de libre comercio (TLC) con Brasil, priorizando la revisión del Acuerdo de Complementación Económica No. 53 hasta 2026. La Secretaría de Agricultura (Sader) rechazó relajar protocolos fitosanitarios ante demandas brasileñas, evitando riesgos para la salud pública y la economía local en productos pecuarios.
El secretario Julio Berdegué defendió la postura: «No modificaremos nuestros protocolos sanitarios». Respaldada por la presidenta Claudia Sheinbaum, la decisión protege la agroindustria nacional, preserva empleos rurales y mantiene el prestigio de exportaciones mexicanas, tras discrepancias en negociaciones con el vicepresidente Geraldo Alckmin.
Pese al freno, se lograron avances puntuales: exportación de harina bovina y porcina brasileña a México, acceso para atún mexicano en Brasil y un protocolo contra influenza aviar. El ministro Carlos Fávaro los calificó de «noticias positivas» para el comercio bilateral.
Económicamente, se mantienen aranceles que limitan el intercambio en carne y aves, por miles de millones de dólares. Analistas anticipan crecimiento moderado, pero México refuerza su enfoque en comercio seguro frente a presiones externas.