El peso mexicano cerró la semana del 25 de agosto de 2025 con una depreciación del 1.8% frente al dólar, cotizando en 19.85 unidades por dólar interbancario, según datos del Banco de México (Banxico). Este retroceso, el más pronunciado en tres meses, responde al fortalecimiento global del dólar, impulsado por expectativas de tasas de interés elevadas en Estados Unidos y tensiones comerciales que afectan a economías emergentes.El índice del dólar, que mide su desempeño frente a una canasta de monedas, alcanzó su nivel más alto en seis meses, presionando divisas como el peso.
La Reserva Federal (Fed) mantuvo señales de una política monetaria restrictiva, con tasas en un rango de 5.25% a 5.5%, lo que atrajo flujos de capital hacia activos en dólares. Además, las recientes medidas proteccionistas de Estados Unidos, incluyendo aranceles del 10% a exportaciones mexicanas, han generado incertidumbre en el mercado, afectando la confianza en el peso.En México, la inflación, que se situó en 4.9% en julio, y un déficit fiscal proyectado en 4.5% del PIB, han limitado la capacidad de Banxico para contrarrestar la presión externa. Aunque la economía mexicana creció un 0.8% en el segundo trimestre, según el Inegi, la dependencia de las exportaciones a Estados Unidos, que representan el 80% del total, expone al peso a mayores volatilidades.
El nearshoring, aunque positivo, no ha logrado compensar la salida de capitales en el corto plazo.Analistas de Citibanamex prevén que el tipo de cambio podría fluctuar entre 19.50 y 20.20 pesos por dólar en los próximos meses, dependiendo de las negociaciones comerciales del T-MEC y las políticas internas. El gobierno de Claudia Sheinbaum ha anunciado medidas para fortalecer las reservas internacionales, que ascienden a 230,000 millones de dólares, y promover la inversión extranjera en sectores clave como la manufactura.La depreciación del peso encarece importaciones, impactando los precios de bienes como combustibles y tecnología, lo que podría presionar el poder adquisitivo de los consumidores.
Mientras tanto, los exportadores mexicanos podrían beneficiarse de un peso más débil, aunque el panorama global exige cautela. El mercado estará atento a las decisiones de Banxico y a las señales de la Fed para anticipar el rumbo del tipo de cambio.