La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su preocupación por el reciente despliegue de buques militares estadounidenses en el mar Caribe, calificándolo como una acción que podría generar tensiones innecesarias en la región. Durante una conferencia de prensa en Palacio Nacional, la mandataria enfatizó que la postura de México siempre será en favor de la “cooperación y el diálogo” para resolver conflictos, en lugar de recurrir a demostraciones de fuerza militar.
Sheinbaum señaló que, si bien México respeta la soberanía de otras naciones, el envío de fuerzas armadas al Caribe debe ir acompañado de transparencia y propósitos claros que no afecten la estabilidad regional. “Somos un país libre y pacifista. Creemos en soluciones que promuevan el bienestar de los pueblos, no en acciones que puedan interpretarse como provocaciones”, afirmó. La declaración llega en un contexto de crecientes tensiones migratorias y comerciales entre México y Estados Unidos, especialmente tras acuerdos recientes que incluyeron el despliegue de 10,000 efectivos de la Guardia Nacional mexicana en la frontera norte, como parte de negociaciones con el presidente Donald Trump para suspender aranceles a productos mexicanos.
La presidenta también destacó la necesidad de abordar problemas de fondo, como la migración masiva, a través de políticas que promuevan el desarrollo en América Latina y el Caribe. “La migración no se resuelve con muros ni con barcos, sino con oportunidades para que los pueblos puedan prosperar en sus lugares de origen”, aseguró, en alusión a las políticas migratorias de Washington y las acciones mexicanas para contener flujos migratorios.
Organizaciones internacionales han respaldado el llamado de México a priorizar el diálogo. Analistas regionales, como María Fernanda Bozmoski del Atlantic Council, advierten que el despliegue militar podría interpretarse como una señal de presión hacia países del Caribe y América Latina, en un momento en que la región enfrenta retos económicos y humanitarios. México, por su parte, busca liderar una postura de cooperación, promoviendo iniciativas como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) para fortalecer la integración regional.
El gobierno mexicano ha solicitado a Estados Unidos mayor claridad sobre los objetivos del despliegue y ha reiterado su compromiso con la no intervención y la resolución pacífica de conflictos, principios fundamentales de su política exterior.