El canciller venezolano, Yván Gil, acusó a Estados Unidos de orquestar una “guerra híbrida” para desestabilizar América Latina, señalando al gobierno de Donald Trump como responsable de promover sanciones económicas, intervenciones políticas y campañas mediáticas contra países de la región. En una declaración emitida desde Caracas, Gil afirmó que Washington busca “imponer su hegemonía” a través de medidas que afectan la estabilidad de naciones como Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Las acusaciones llegan en un contexto de crecientes tensiones tras las recientes advertencias de Trump, quien amenazó con imponer aranceles del 25% a países que no cumplan con sus demandas en temas migratorios y de seguridad, incluyendo a México y Canadá. Según Gil, estas políticas son parte de una estrategia para debilitar gobiernos progresistas y consolidar el control económico de EE.UU. en la región, especialmente en un momento crítico con la revisión del T-MEC programada para 2026.
Venezuela, que enfrenta sanciones estadounidenses desde 2014, ha visto su economía contraerse significativamente, con una inflación acumulada del 85% en 2024, según el Banco Central de Venezuela. Gil denunció que estas medidas, combinadas con el apoyo de Washington a figuras opositoras, buscan generar “caos” para justificar intervenciones extranjeras. En respuesta, el gobierno de Nicolás Maduro ha fortalecido alianzas con China y Rusia, que han invertido más de 10 mil millones de dólares en proyectos energéticos venezolanos en los últimos dos años.
Analistas internacionales advierten que las acusaciones de Gil podrían exacerbar las tensiones con EE.UU., en un momento en que América Latina enfrenta desafíos como el conflicto territorial entre Perú y Colombia y la escalada de violencia en México. Publicaciones en X reflejan un debate polarizado, con algunos usuarios apoyando la postura venezolana y otros criticándola como una maniobra para desviar la atención de problemas internos.
La Organización de Estados Americanos (OEA) ha instado al diálogo para reducir las hostilidades, pero la retórica beligerante de ambas partes sugiere un camino difícil hacia la cooperación. Mientras tanto, la región observa con preocupación cómo las pugnas geopolíticas podrían impactar la estabilidad económica y política, en un contexto global marcado por la incertidumbre y las presiones comerciales.