Grandes cadenas minoristas de Estados Unidos, como Walmart, Amazon, Target y Gap, han suspendido sus pedidos de textiles a India tras la imposición de un arancel del 25% por parte de Washington, con la posibilidad de un incremento adicional del 25% a finales de agosto. Esta medida, que responde a la compra de petróleo ruso por parte de Nueva Delhi, amenaza con pérdidas millonarias para el sector textil indio, que emplea a más de 45 millones de personas y representa el 10% de las exportaciones del país.
Exportadores indios, contactados por medios como NDTV Profit, confirmaron que las cadenas estadounidenses comunicaron la suspensión de envíos mediante correos y cartas, solicitando detener la producción de prendas “hasta nuevo aviso”. A. Sakthivel, presidente de la Asociación de Exportadores de Tiruppur, anunció que la fabricación para el mercado estadounidense se paralizará, afectando regiones clave como Tamil Nadu y Gujarat. La Confederación de la Industria Textil India (CITI) calificó el arancel como un “enorme revés” que debilitará la competitividad del sector.
India, cuarto mayor exportador de textiles a EE.UU. con un 6% del mercado, enfrenta desventajas frente a competidores como China y Vietnam, que pagan aranceles del 20% al 30%. El mercado estadounidense absorbe cerca del 30% de la producción textil india, generando ingresos vitales para su balanza comercial. La suspensión de pedidos podría provocar cierres temporales de fábricas y despidos, impactando la economía de regiones productoras.
La medida se enmarca en las tensiones comerciales entre Washington y Nueva Delhi, agravadas por la negativa india a abrir su mercado a productos agrícolas y lácteos estadounidenses. Analistas ven los aranceles como una táctica para presionar por un acuerdo comercial bilateral, pero advierten que la incertidumbre podría reducir las exportaciones indias y encarecer productos en EE.UU.
Mientras tanto, minoristas estadounidenses enfrentan dilemas. Walmart y Amazon, que dependen de cadenas de suministro globales, podrían trasladar costos a los consumidores, elevando precios de ropa y textiles. La industria textil india, por su parte, busca alternativas como diversificar mercados o negociar exenciones, pero el panorama sigue incierto ante la amenaza de nuevos gravámenes.