El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que Apple invertirá 250,000 millones de dólares en el país durante los próximos cinco años, un movimiento que refuerza su política de repatriación de capitales y fortalecimiento de la manufactura local. La decisión, revelada tras negociaciones entre la Casa Blanca y el CEO de Apple, Tim Cook, responde a las presiones de Trump para reducir la dependencia de la producción en China y aprovechar los incentivos fiscales ofrecidos por su administración.
La inversión se destinará a la construcción de nuevas plantas de ensamblaje en Texas y Carolina del Norte, así como a la expansión de centros de investigación en inteligencia artificial y semiconductores. Según el Departamento de Comercio, el plan generará 20,000 empleos directos y 50,000 indirectos para 2030, consolidando a EE.UU. como un hub tecnológico frente a la competencia asiática. Apple también planea aumentar la producción de componentes clave, como chips M4, en territorio estadounidense, lo que podría reducir costos logísticos en un 10%, según estimaciones de Goldman Sachs.
El anuncio llega en un contexto de tensiones comerciales, con aranceles del 25% impuestos por Trump a importaciones tecnológicas de China, lo que ha encarecido las cadenas de suministro globales. Analistas de Morgan Stanley consideran que la inversión de Apple es una respuesta estratégica para mitigar el impacto de estas medidas y garantizar el acceso al mercado estadounidense, que representa el 40% de sus ingresos globales, equivalentes a 383,000 millones de dólares en 2024.
Sin embargo, el mercado reaccionó con cautela: las acciones de Apple cayeron un 2.1% en la Bolsa de Nueva York, ante preocupaciones por el aumento de costos operativos y la posible retaliación comercial de China, que podría limitar el acceso de Apple a su mercado asiático. La Cámara Americana de Comercio advirtió que la reubicación de la producción podría incrementar los precios de dispositivos como el iPhone en un 5% para los consumidores estadounidenses.
Por su parte, Trump celebró el acuerdo como una victoria para su agenda “America First”, destacando que otras tecnológicas, como Intel y TSMC, evalúan planes similares. Expertos sugieren que la inversión de Apple podría impulsar la economía local, pero alertan sobre los riesgos de una escalada en la guerra comercial global, que podría afectar la estabilidad de las cadenas de suministro tecnológicas.